WILLEM HEDA.
ADOLPHE DE MEYER.
El Museu Fundación Juan March (Palma de Mallorca) acoge hasta octubre la exposición 'Cosas. La idea de naturaleza muerta en la fotografía y la pintura', que reúne, en un diálogo asincrónico, 43 obras fechadas entre 1855 y 1975 procedentes de la Colección Siegert (Múnich) y siete óleos del siglo XVII realizados por Willem Heda, Pieter Claesz, Juan van der Hamen y Pier Francesco Cittadini.
Naturaleza muerta o bodegón
La rara expresión ‘naturaleza muerta’, en español también ‘bodegón’, proviene de la confusa traducción francesa y española del original flamenco ‘stilleven’, que más bien habría que traducir por ‘vida en calma’, ‘vida quieta’ o ‘vida inmóvil’. Esta denominación se empezó a aplicar en el siglo XVII a un tipo de pintura, nacida en Holanda y Flandes, que representaba lo que genéricamente podría ser designado con la palabra ‘cosas’.
Sobre las mesas se organizaban objetos de todo tipo, a menudo alimentos, pero también enseres, objetos decorativos, copas, vasos, centros o arreglos florales, jarros, cuencos compuestos…, en artístico desorden, junto a frutas, hortalizas o dulces, en los que no faltan a veces incluso insectos y pequeños animales, vivos o recién cazados y muertos.
Desde su invención, la fotografía, el nuevo “pincel de la naturaleza”, como la llamó William Henry Fox Talbot, no sólo no sustituyó a la pintura, sino que desde entonces la acompaña en su papel de imitadora del espacio real o imaginado; con frecuencia, incluso copiando los géneros pictóricos.
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